Real Unión de Criadores de Toros de Lidia

Presidente de la UCTL en Mundotoro: «Es fundamental que la normativa no encorsete el crecimiento de la Tauromaquia»

El Presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Carlos Núñez, en declaraciones a Mundotoro.com se muestra ‘absolutamente de acuerdo con las afirmaciones que hizo el señor Joaquín Moeckel’ en la conferencia ‘Los Toros y su Jurisprudencia: una visión práctica’ que tuvo lugar el pasado sábado en la II Bienal Internacional de la Tauromaquia de Ronda (Málaga). Una conferencia en la que el jurista proponía hacer ‘una llamada al legislador para que no sea tan intervencionista’.

El Presidente de la UCTL expresa que «para la tauromaquia es fundamental que la normativa no encorsete su crecimiento y que a su vez, permita y fomente la creatividad artística de toreros y ganaderos para garantizar la impredecibilidad de las faenas y evitar la estandarización de toros y toreros, un verdadero problema del toreo en la actualidad y una seria amenaza para la variedad de encastes y de comportamiento del toro bravo.’

Además, el ganadero añade que: ‘Respetar el reglamento objetivamente como garantía de la expresión artística y de los derechos del público es obligación principal de quienes dirigen el espectáculo: debe ser aprobado todo toro que cumpla el peso mínimo, tenga la aptitud fisiológica determinada por los veterinarios y el trapío acorde a cada plaza a decidir por el presidente, nunca de forma restrictiva para garantizar el respeto de los encastes y la libertad creativa de nuestros ganaderos. Todo esto unido a una profunda revisión y rediseño de la estructura y costes de producción de los espectáculos nos debe llevar a una tauromaquia con futuro y sólida, asegurando un espectáculo más atractivo, interesante y asequible para todos.’

El sábado Moeckel también lanzó un mensaje claro acerca de los veterinarios: ‘Sólo deberían actuar para velar por la sanidad de los animales, su integridad, su peso y su edad. Deben dedicarse a ver si las astas del toro están íntegras y si están sanos. En el resto de aspectos, como el trapío, no tienen por qué influir. El ganadero lleva el toro que le parezca oportuno y el empresario compra el toro que mejor le parezca. Que sea el público el que decida’. 

A este respecto, Carlos Núñez dice que: ‘Los veterinarios deberían limitar su actuación a lo que expresamente se les indica en el Reglamento “reconocimientos sobre sanidad, edad, peso y estado de las defensas”. Por tanto, recaerá en el presidente la responsabilidad de rechazar una res o no, en base a criterios únicamente objetivos. Si bien de cara al futuro, es necesario revisar y mejorar la formación, responsabilidad y posibilidad de recusación de éstos para la máxima seguridad de profesionales y público».